Pero bueno, me ha entrado la neura y ya está. El caso que nos compete es que estaba yo tranquilamente leyendo otros blogs y buscando alguna cosilla chula cuando me encuentro el de una verdadera groupie de una banda que a mí personalmente me marcó mucho a los 16-17 años. Panic! at the disco, o Panic at the disco, que se han pasado muchas veces la exclamación por el forro de los sagrados huevos de Brendon Urie (recordemos que en Pretty. Odd. se llamaban Panic at the disco y ya con su siguiente trabajo de estudio volvieron con la jodida "!")
Total, que la chavalita en cuestión está verdaderamente emocionada con el grupo, se sabe todas las canciones de memoria (supongo) y le dedica posts de desamor al líder del grupo (el cual no hace muchos años salió del armario y destrozó los corazones de muchas jóvenes estrogenadas). Vaya, las risas.
Pero el caso es que yo en un punto de mi vida dejé de seguir a Panic at the disco con el mismo fervor con el que lo hacía a mis tiernos 16 años. ¿Por qué? Un análisis rapidito.
Panic! at the disco surge como idea en 2004-2005 y sus cuatro integrantes (Brendon Urie, Ryan Ross, Spencer Smith y Brent Wilson. Empezaron jovencitos, con 18 años más o menos. La fama les vino un poquillo por el enchufe. De aquella estaban los Fall Out Boy muy de moda y Pete Wentz (otro de esos bajistas con los que las jóvenes soñábamos) catapultó a la fama a los cuatro de PATD con su firma con Fueled by Ramen (qu si mal no me equivoco con ellos siguen a día de hoy). De esta unión sale "A fever you can't sweat out", título más que sugerente del contenido. Canciones marchosas, pegadizas, letras extrañísimas, sintetizador en su máximo exponente y en definitiva, un buen disco. Si a esto le añades el rollo burlesque que le dieron en sus videos y la GENIAL puesta en escena que tenían en vivo defendiendo este album como si un teatro se tratara... Pues eso, un discazo de pé a pá. Aquí dejo I write sins not tragedies (la más conocida, quizá) y una de cosecha propia, There's a good reason these tables are numbered honey en live (UNA PASADA, AVISO)
Tras este trabajo, se ganaron mucha fama entre el colectivo emo de aquellos años (sí, os acordaréis de los chicos y chicas con todo flequillo y que tenían un claro trastorno ansiosodepresivo). El problema de la fama emo es que es como una lapa, se pega a la banda con superglue (que se lo digan a My Chemical Romance). Pero Panic at the disco (sí, ahora sin puta exclamación) consiguió quitarse la mierda pegada a los zapatos con su siguiente trabajo. Pretty.Odd. suposo un cambio TOTAL de la dirección del grupo. Abandonaron el sintetizador y adoptaron el clavicémbalo, le dieron más prioridad a la maravillosa voz de Urie y profundizaron más en la melodía, en que sonara bien. Mucho más sencillo, mucho más Beatle. Y es que de hecho, recuerda mucho al Sgt. Pepper's de los cuatro de Liverpool. Esa estética colorida, ese cuidado por el sonido, canciones muy personales... Sin duda, su mejor etapa, en la que hicieron temas preciosos y supieron abrirse paso entre las letras oscuras de su disco anterior.
De Pretty.Odd. os dejo Nine in the afternoon y Northern Downpour. Esta última es una de mis canciones favoritas, y aún a día de hoy no me canso de escucharla. Urie y Ryan Ross dándolo todo en un tema MUY personal. Precioso es poco.
Bueno, también recibieron premios a mejor álbum del año (2008) por la MTV music awards y obviamente más que merecidos.
Peeeeeeeeeeeeeeeeero en este caso después la calma llega la tormenta (y no, no digo el refrán mal a propósito sin motivo). Vices and Virtues prometía. Y mucho. Pero se quedó en eso, en una promesa. No encontraron el fuelle que necesitaban, tuvieron diferencias musicales (de hecho, Ross se largó, cuando quizá era uno de los que más aportaba a la banda). NOTA CURIOSA/COTILLA: En 2011 la casi separación de PATD era inminente. Se hablaba que Ross y Urie mantenían una relación amorosa y que acabaron en malos términos. Pero vaya, como todo rumor chismoso y asqueroso yo creo que esto tenía de verdad entre cero y una mierda.
El caso, que Vices and virtues no tiene fuelle. Intentan recuperar un poco el burlesque, pero se quedan en Urie haciendo acto de presencia y canciones pegadizas, que las escuchas tres veces pero ya ni te acuerdas al año. Ya ahí gustos colores, pero viniendo del discazo del que venían, este fue una verdadera decepción. Os dejo Hurricane, que quizá sea la que más me gusta pero bah, que sin más.
Antes de que se me pase, también mencionar otra aberración. El preámbulo de la catástrofe. Si alguno ha visto una peli de Megan Fox que hace de vampira y que es una soberana basura, sí, Panic at the disco colabora en la BSO. New perspective se llamaba la canción, una caca.
Yo después de Vices and Virtues les perdí la pista. Ya ni veía sus lives ni nada, y me empezaban hasta a dar tirria. Hace un añito se volvió a saber de ellos con Too weird to live, too rare to die, su nuevo trabajo de estudio. O mejor dicho el trabajo de estudio de Brendon Urie, porque parece más bien un disco centrado en su presencia y su ego. En este trabajo se decantan por atraer al público general, a que todo el mundo les conozca (desde el cani hasta el purista). Vamos, a marcarse un The Killers. Y ojo, que eso es a lo que tienen que aspirar los grandes artistas, pues si no llegas a todo el mundo algo estás haciendo mal. No es mal disco. Mejor que el anterior desde luego. Pero yo que sé, ya he dicho que me marcaron mucho los dos primeros y como yo mucha gente, por tanto exijo mucho. Pido el nueve pero nos dan un siete. Pues eso pasa con Panic at the disco. Os dejo una canción chula de este disco Miss Jackson, con la que me destrozo los bíceps en Pump.
Y bueno, poco más puedo decir. Yo es un grupo que ya doy por perdido, aunque sigan saliendo temas chulos, prometían tanto tanto y se quedaron un poco en souflé en vez de flan.
Ale, me despido. Tengo en la cabeza hacer algún top. Quería hacer el de las 10 mejores canciones indie de la última década pero llevo muy mal hacer listas. Y también actualizar esta mierda. Según me de, ya se verá. Beeesetes.